sábado, 24 de octubre de 2009

CONTINUAN LAS LLAMAS EN REFINERIA DE PUERTO RICO, Y SIGUEN EN AUMENTO LOS REFUGIADOS.


SAN JUAN, EFE.- El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, garantizó este viernes el suministro de combustible a la isla a pesar del grave accidente en la refinería de petróleo de la empresa Caribbean Petroleum Corporation que ha conducido a un incendio de grandes proporciones.
En una conferencia de prensa, Fortuño aclaró que sólo una persona ha sido atendida de heridas causadas por la serie de explosiones en varios depósitos de la refinería y que los bomberos están tratando de evitar que el incendio se extienda.
Doce de los cuarenta tanques de la refinería están ardiendo y lo seguirán haciendo durante un par de días hasta que se queme todo el combustible almacenado.
El enorme incendio en la refinería de petróleo de Puerto Rico puede causar uno de los mayores desastres medioambientales en la isla, según temen las autoridades, que han declarado el estado de emergencia.
Fortuño pidió a los ciudadanos que traten de actuar hoy como un día normal de trabajo, aunque se han suspendido las clases escolares en los distritos del área metropolitana de San Juan y se han cerrado al tráfico varios tramos de autopistas.
"Imposible en este momento tener una causa (del accidente). Nuestra función es contenerlo y garantizar la seguridad de la gente", aseguró Fortuño.
Agregó que se ha garantizado el suministro de gasolina y que hay suficiente combustible en la isla para una semana.
El fuego se originó por una serie de explosiones cuyo origen se desconoce y que, en principio, se atribuyen a un accidente, aunque no se descarta ninguna hipótesis.
El presidente de la Junta de Calidad Ambiental, Pedro Nieves, afirmó que el incendio puede generar un gran desastre en el medio ambiente y que puede ser el mayor desde hace casi 20 años, cuando encalló la embarcación Morris Berkam en la bahía de San Juan, que produjo un gran derrame de combustible.
Las explosiones produjeron de inmediato un gran incendio que se ve a gran distancia y sin que los bomberos hayan podido todavía acercarse para sofocarlo, ya que siguen centrados en evitar que el fuego se propague a otros tanques de combustible.
Otras explosiones de menor intensidad se han ido registrando posteriormente, mientras su suceden las llamaradas y las grandes columnas de humo negro.
El superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, explicó que las explosiones se produjeron en doce de los cuarenta tanques de la refinería y que se ha confirmado que ningún avión produjo el accidente, aunque la ruta de los aparatos que aterrizan en el aeropuerto de Carolina se halla cerca de la instalación petrolera.
La ruta de aterrizaje y despegue de los aviones al aeropuerto Luis Muñoz Marín en Carolina, barrio adyacente a San Juan, se ha modificado para evitar que el humo de las llamas reduzca la visibilidad de los pilotos.
"No recuerdo un fuego de esta magnitud en una refinería", agregó Figueroa Sancha, quién pronosticó que dada la envergadura del incendio se tardarán varios días en sofocar las llamas.
Agregó que es prematuro todavía identificar las causas del siniestro y que, hasta el momento, no se han registrado víctimas entre los empleados de la refinería.
Las explosiones se produjeron después de la medianoche y provocaron el pánico de cientos de vecinos que residen en las cercanías de la refinería situada en la localidad de Cataño.
Las grandes llamas y el humo se ven a distancia desde las localidades de Guaynabo, Bayamón y San Juan con cientos de personas en la calles observando las llamaradas que salen de los tanques de la refinería.
El alcalde de Guaynabo, Héctor O'Neill, afirmó que el incendio puede causar un grave problema medioambiental por la cantidad de combustible almacenado en los depósitos de la refinería.
Por precaución, las autoridades ordenaron el desalojo de los apartamentos de San Francisco en Caparra y de las comunidades de Puente Blanco y Cucharillas en Cataño ante el riesgo de que se extendiera el fuego.
La mayoría de las reservas de petróleo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) se almacenan en los tanques de la refinería Caribbean Petroleum Corporation (CAPECO) y todo apunta a que los tanques que estallaron se encontraban repletos de combustible.

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